AKASHA: EL QUINTO ELEMENTO




                                               Los negros ecos de la noche
                                               se dibujan ya en la tarde,
                                               bajo mis párpados cansados;
                                               juegan al monótono escondite
                                               de los días con las noches,
                                               en un inacabado
                                               tango de vida y muerte.
                                                                (J.L. Pacheco)


            No hay pupilas más claras que las suyas, que miran al horizonte a través del espejo de la Naturaleza, fulgurante luz cegadora que nutre de opalinos y violetas colores el quieto ropaje de la tarde.
            Y yo no sé qué puedo exaltar más que esto que veo ante mis ojos, como Stendhal arrobado ante una belleza subyugante que hipnotiza, que mata justo por la esencia de su propia belleza.
            Me aparto brevemente y dejo transitar mi mente viajera, que como una gaviota errante vuela hacia el fin del horizonte para poder navegar sobre los mares: éste que tengo presente, y todos los ausentes que bañan el planeta. Siento como en todos esos lugares las gentes rezan al unísono y en silencio cada vez que ven este espectáculo, apabullados, extasiados por la contemplación del magno escenario que la madre Naturaleza nos brinda.
            Aquí me siento tan dichoso, aquí recupero humildemente mi indefensa dimensión de hombre, alcanzo el tamaño justo y medido de adoración ante este prodigo del que los primeros seres vivos bien organizados debieron emerger un día. Todos fuimos hace mucho tiempo criaturas del Mar, que luego aprendimos a volar o a transformarnos en animales pedestres; por eso todos seguimos llevando dentro de nosotros mismos un intenso olor a algas marinas; somos un Mar que nos navega por dentro. Y todos (Plantas, Hombres y Animales) portamos en nuestro interior los cinco elementos que nos dan la energía de la Vida: tierra, aire, agua, fuego y akasha o éter, como afirma el hinduismo, una de las culturas más antiguas de la Humanidad.
            Son sólo nombres que hoy la Ciencia moderna conoce con otras prolíficas denominaciones; nombres a los que la Física, la Química y la Biología, por ejemplo, dan la categoría de principios fundamentales de la materia y la Vida: C, H, O, N , y un largo etcétera que conforman la tabla periódica; otros constituyen la química orgánica y otros muchos en continuo descubrimiento (protones, neutrones, electrones quarks... y aquí me paro) construyen el andamiaje de la física de partículas. Todos surgiendo de una Matriz que ya nadie duda que exista y se conoce como "Campo Cuántico", "Vacío" o "Akasha", el quinto elemento predicho hace miles de años por el hinduismo.






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